viernes, octubre 27, 2006

Barcos de Vela en Barahona


Abel Estrada Copyright


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Puntos interesantes del Concordato

Puntos Interesantes Del Concordato Firmado Entre
TRUJILLO Y LA SANTA SEDE En 1954

Capítulo VII

1.- El Gobierno Dominicano se compromete a construir la Iglesia Catedral o Prelaticia y los edificios adecuados que sirvan de habitación del Obispo o Prelado nullius y de oficinas de la Curia, en las Diócesis y Prelatura nullius actualmente exis­tes que lo necesiten, y en las que se establezcan en el futuro.

2.- Además el Gobierno asegura a la Arquidiócesis de Santo Domingo y a cada Diócesis o Prelatura nullius actualmente existentes o que se erijan en el futuro una subvención mensual a los gastos de administración y para las iglesias pobres.

Artículo X
2.- Los sacerdotes, religiosos y religiosas extranjeros, que la Autoridad eclesiástica invite al País para ejercer su ministe­rio o desenvolver las actividades de su apostolado, estarán exen­tos de cualquier tasa o impuesto de inmigración.

ARTICULO XIII
En caso de que se levante acusación penal contra alguna persona eclesiástica o religiosa, la Jurisdicción del Estado apo­derada del asunto deberá informar oportunamente al competen­te Ordinario del lugar y transmitir al mismo los resultados de la instrucción, y, en caso de darse, comunicarle la sentencia tanto en primera instancia como en apelación, revisión o casación.

En caso de detención o arresto el eclesiástico o religioso será tratado con el miramiento debido a su estado y a su grado.

En el caso de condena de un eclesiástico o de un religioso, la pena se cumplirá, en cuanto sea posible, en un local separado del destinado a los laicos, a menos que el ordinario competente hubiese reducido al estado laical al condenado.

ARTICULO XIV
El uso del hábito eclesiástico o religioso por personas eclesiásticas o religiosas a quienes haya sido prohibido por orden de las competentes Autoridades eclesiásticas, oficialmente comunicada a las Autoridades del Estado, así como el uso abusivo del mismo hábito por otras personas, será castigado con las mismas penas previstas para el caso de uso abusivo del uniforme ­militar. Será castigado en los mismos términos el ejercicio abusivo de jurisdicción o funciones eclesiásticas.

ARTICULO XV
2.- En armonía con las propiedades esenciales del matrimonio católico queda entendido que, por el propio hecho de celebrar matrimonio católico los cónyuges renuncian a 1a facultad civil de pedir el divorcio, que por esto mismo no podrá ser aplicado por los tribunales civiles a los matrimonios canónicos.

ARTICULO XVI
1. - Las causas concernientes a la nulidad del matrimonio canónico y la dispensa del matrimonio rato y no consumado, como el procedimiento relativo al Privilegio Paulino, quedan reservados a los Tribunales y a los órganos eclesiásticos competentes.

La Santa Sede consiente que las causas matrimoniales de separación de los cónyuges sean juzgadas por los Tribunales ci­viles.

2.- Las decisiones y sentencias de los órganos y Tribunales ­eclesiásticos, cuando sean definitivas, se elevarán al Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica para su comprobación y serán transmitidas después, con los respectivos decretos de dicho Supremo Tribunal, por vía diplomática al Tribunal dominicano competente, que las hará efectivas y mandará que sean anotadas en los registros civiles al margen del acta del matrimonio.

ARTICULO XVIII
El Estado tendrá por festivos:
1) los días de precepto establecidos en toda la Iglesia por el Código de Derecho Canónico, es decir:
Todos los domingos;
las fiestas de Circuncisión (1 de enero), Epifanía (día de Reyes, 6 de enero), San José (19 de marzo), Ascensión, Corpus Christi Santos Apóstoles Pedro y Pablo (29 de junio), Asun­ción (15 de agosto), Todos los Santos (1 de noviembre), Inmaculada Concepción (8 de diciembre), Navidad de Nuestro Se­ñor Jesucristo (25 de diciembre)
2) además los días de precepto establecidos en la República Dominicana, es decir:
festividad de, Ntra. Sra. de la Altagracia (21 de enero)
festividad de, Ntra. Sra. de las Mercedes (24 de septiembre).'
El Estado dará en su legislación las facilidades necesarias para que los fieles puedan cumplir en esos días sus deberes re­ligiosos.
Las Autoridades civiles, tanto nacionales como locales, ve­larán por la debida observancia del descanso en los días festivos.

ARTICULO XIX
2. - En los asilos, orfanatos, establecimientos o institucio­nes oficiales de educación, corrección y reforma de menores de­pendientes del Estado, se enseñará la religión católica y se ase­gurará la práctica da sus preceptos.

ARTICULO XX
1. - La Iglesia podrá libremente fundar Seminarios o cua­lesquiera otros institutos de formación o de cultura eclesiásti­ca; su régimen no estará sujeto a la fiscalización del Estado.
2. - Los títulos, grados, certificados y comprobaciones escolares otorgados por tales centros tendrán la misma fuerza que los concedidos por los establecimientos del Estado en el or­den correspondiente.
En vista de ello la Autoridad eclesiástica comunicará a la competente Autoridad del Estado los textos adoptados en dichas instituciones para la enseñanza de las disciplinas que no sean teológicas y filosóficas.

3.- Los grados académicos adquiridos en las Universida­des o Institutos Pontificios de Altos Estudios serán reconocidos en la República Dominicana, para todos sus efectos civiles, como los grados conferidos y reconocidos por el Estado.

ARTICULO XXI
1.- El Estado Dominicano garantiza a la Iglesia Católi­ca la plena libertad de establecer y mantener, bajo la dependencia de la Autoridad eclesiástica, escuelas de cualquier orden y grado. En consideración de la utilidad social que de ellas deriva a la Nación, el Estado las amparará y procurará ayudarlas también mediante congruas subvenciones.
La enseñanza religiosa en dichas escuelas siempre será organizada e impartida libremente por la Autoridad eclesiástica.
2.- Los certificados y comprobaciones escolares otorga­dos por los establecimientos de enseñanza primaria dependien­te de la Autoridad eclesiástica tendrán la misma fuerza que otorgados por los correspondientes establecimientos del Es­tado.

ARTICULO XXII
1.- La enseñanza suministrada por el Estado en las es­cuelas públicas estará orientada por los principios de la doctrina y ­de la moral católica.
3.- Para dicha enseñanza sólo se utilizarán textos previamente aprobados por la Autoridad eclesiástica, y el Estado nombrará maestros y profesores que tengan un certificado de idoneidad expedido por el Ordinario competente. La revocación de tal certificado les priva, sin más, de la capacidad para la enseñanza religiosa.
4. - El párroco por sí o por su delegado, tendrá acceso a las escuelas primarias para dar lecciones catequísticas periódi­cas.
5. - Los Ordinarios de los lugares podrán cerciorarse, por sí mismos o por sus delegados, mediante visitas a las escuelas, del modo como se da la enseñanza de la religión y moral.

ARTICULO XXIII

1.- El Estado Dominicano reconoce a las instituciones y asociaciones religiosas, de quienes trata el art. IV, la plena ca­pacidad de adquirir, poseer y administrar toda clase de bienes.
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ARTICULO IV

1.- El Estado Dominicano reconoce la personalidad jurídica a todas las instituciones y asociaciones religiosas, existentes la República Dominicana a la entrada en vigor del presente Concordato, constituidas según el Derecho Canónico; en parti­cular a las Diócesis y a la Prelatura nullíus con sus instituciones anejas, a las Parroquias, a las Ordenes y Congregaciones religiosas, a las Sociedades de vida común y a los Institutos se­culares de Perfección cristiana canónicamente reconocidos, sean de derecho pontificio o de derecho diocesano, a sus provincias y a sus casas.

Las Autoridades eclesiásticas competentes comunicarán al departamento correspondiente del Gobierno Dominicano la lista de las instituciones y asociaciones religiosas que se acaban de mencionar, dentro de los dos meses que sigan a la ratificación de este Concordato.

2.- Gozarán de igual reconocimiento las entidades de la misma naturaleza que sean ulteriormente erigidas o aprobadas en la República Dominicana por las Autoridades eclesiásticas competentes, con la sola condición de que el decreto de erección o de aprobación sea comunicado oficialmente por escrito a las Autoridades competentes del Estado.
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ARTICULO IV

1.- El Estado Dominicano reconoce la personalidad jurídica a todas las instituciones y asociaciones religiosas, existentes la República Dominicana a la entrada en vigor del presente Concordato, constituidas según el Derecho Canónico; en parti­cular a las Diócesis y a la Prelatura nullíus con sus instituciones anejas, a las Parroquias, a las Ordenes y Congregaciones religiosas, a las Sociedades de vida común y a los Institutos se­culares de Perfección cristiana canónicamente reconocidos, sean de derecho pontificio o de derecho diocesano, a sus provincias y a sus casas.

Las Autoridades eclesiásticas competentes comunicarán al departamento correspondiente del Gobierno Dominicano la lista de las instituciones y asociaciones religiosas que se acaban de mencionar, dentro de los dos meses que sigan a la ratificación de este Concordato.

2.- Gozarán de igual reconocimiento las entidades de la misma naturaleza que sean ulteriormente erigidas o aprobadas en la República Dominicana por las Autoridades eclesiásticas competentes, con la sola condición de que el decreto de erección o de aprobación sea comunicado oficialmente por escrito a las Autoridades competentes del Estado.
2. - La gestión ordinaria y extraordinaria de los bienes Pertenecientes a entidades eclesiásticas o asociaciones religio­sas y la vigilancia e inspección de dicha gestión de bienes corresponderán a las Autoridades competentes de la Iglesia.
3. - La República Dominicana reconoce y garantiza la pro­piedad de la Iglesia sobre los bienes muebles e inmuebles que el Estado reconoció como pertenecientes a ella con la Ley No. 117 del 20 de abril de 1931, aclarada por 1a Ley No. 390 del 16 de septiembre de 1943, así como de los bienes que, después de tal fecha, la Iglesia ha legítimamente adquirido o adquiera, inclui­dos los que han sido o sean declarados monumentos nacionales.

La República Dominicana declara propiedad de la Iglesia también todos los templos y otros edificios con fines eclesiásticos que el Estado ha venido construyendo desde el año 1930 y construya en adelante.

ARTICULO XXIV
1. - Los edificios sagrados, los Seminarios y otros edificios destinados a la formación del clero, los edificios de propiedad de la Iglesia empleados en fines de utilidad pública, las residen­cias de los Obispos y de los ministros del culto, cuando sean propiedad de la Iglesia, estarán exentos de cualquier impuesto o contribución.

Queda expresamente convenido que los bienes, cuya propiedad adquiera la Iglesia por donación entre vivos o por disposició­n testamentaria, estarán exentos de los impuestos de donación ­o de sucesión, siempre que los bienes recibidos en esa forma ­se destinen a un fin propio del culto o de utilidad pública voluntad del donante o del testante o por ulterior disposición ­de la Autoridad eclesiástica competente.
2. - Los bienes eclesiásticos no comprendidos en el número precedente no podrán ser gravados con impuestos ni contribucio­nes especiales.

3.- Los eclesiásticos estarán exentos de cualquier impuesto o ­contribución en razón del ejercicio de su ministerio espiritual.
4.- Los Ordinarios de los lugares y los rectores de parroquias gozarán de franquicia postal y telegráfica en su correspondencia oficial en el país.

5 - Los edictos y avisos que se refieren al ministerio sa­grado, fijados en las puertas de los templos, estarán exentos de cualquier impuesto o contribución.

ARTICULO XXVI
Los domingos y fiestas de precepto, así como los días de fiesta Nacional en todas las Iglesias Catedrales, Prelaticias y parroquiales de la República Dominicana se rezará o cantará al final de la función litúrgica principal una oración por la prosperidad de la República y de su Presidente.

ARTICULO XXVIII
2 - Con la entrada en vigor de este Concordato, se entien­den derogadas todas las disposiciones contenidas en Leyes, De­cretos, Órdenes y Reglamentos que, en cualquier forma, se opon­gan a lo que en él se establece.

PROTOCOLO FINAL

En relación
con el artículo VII, n. 2

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ARTICULO VII
2.- Además el Gobierno asegura a la Arquidiócesis de Santo Domingo y a cada Diócesis o Prelatura nullius actualmente existentes o que se erijan en el futuro una subvención mensual a los gastos de administración y para las iglesias pobres.

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a) a la Curia arquidiocesana de Santo Domingo la suma de quinientos pesos oro mensuales; (que en 1954 era una fortuna)
b) a las Curias de cada otra Diócesis o Prelatura nullius la suma de trescientos pesos oro mensuales. (que en 1954 era una fortuna)

2. - Con el fin de levantar cada vez más el prestigio del clero nacional, el Estado sostendrá cuatro becas de seminaristas dominicanos que la Autoridad eclesiástica envíe a cursar sus Estudio en los Ateneos Pontificios en Roma.